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agosto 21, 2024Este lunes 19 de agosto se celebra el Día Mundial de la Fotografía, en recuerdo de aquel 19 de agosto de 1839 cuando la Academia Francesa de Ciencias anunció al mundo la técnica fotográfica conocida como daguerrotipo, que derivó en la fotografía, un arte que continúa desde entonces su desarrollo y consolidación como una de las prácticas profesionales de mayor futuro en el mundo.
En esa fecha el francés Luis Daguerre presentó ante la Academia de Ciencias de Francia su último invento: el daguerrotipo, que permitía capturar una imagen a través de un proceso químico. Ese día se liberó la patente, dando lugar al desarrollo de la fotografía.
El daguerrotipo se convirtió en el proceso más práctico para sacar fotografías, pues se requería menos tiempo de exposición a la luz del sol, y podía ser usado casi por cualquier persona. La primera imagen de la que se tiene registro con este proceso fue hecha en 1838 por Daguerre y muestra una calle parisina.
Aunque el invento de Nièpce y Daguerre no fue el primero ni el último en mejorar el proceso de la fotografía, sí fue el más usado durante la época y poco a poco fue evolucionando hasta obtener mejores imágenes con mejores procesos y técnicas que dieron pie a lo que hoy es la fotografía.
Con el surgimiento de las cámaras digitales y sobre todo con la popularización de la fotografía a través de los teléfonos móviles, toda persona puede ser testigo de un instante, captarlo y trasladarlo a los demás a través de una foto. Desde luego, la fotografía ha cambiado mucho con las nuevas tecnologías, pero el trasfondo permanece invariable: la fotografía tiene el poder de contar historias, inspirar al espectador y cambiar el mundo.
A México, el daguerrotipo llegó sólo seis meses después de haberse inventado. En 1839 desembarcó en el puerto de Veracruz, en donde se realizó la primera “imagen dibujada con luz” en el convento de San Francisco.
Durante cerca de 20 años el daguerrotipo fue la técnica más socorrida para hacer fotografía. Sin embargo, su esplendor no duró por mucho tiempo, pues llegaron otros métodos como el ambrotipo, el fermotipo y el colodión húmedo. Fue este último el que tuvo un mayor auge comercial entre 1840 y 1847, pues creó la posibilidad de reproducir en serie la misma imagen.
Personajes extranjeros, como John Lloyd Stephens, Frederich Catherwood, Desirée Charnay y Theodore Tiffereau llegaron a México para hacer tomas de paisajes de zonas arqueológicas, vistas de la ciudad y hechos bélicos. Pero no fue sino hasta 1901 cuando los hermanos Valleto, reconocidos fotógrafos mexicanos, montaron el primer estudio fotográfico de la capital porfiriana.
Durante esta etapa, la fotografía logró destacarse por la multi-reproducción que tuvo varios usos sociales, además de ser recurso publicitario y método de seguimiento para la construcción de puertos, del Ferrocarril Nacional y de ciertas zonas geográficas distantes de la capital.
Eventualmente, fotógrafos extranjeros, como Abel Briquet, Charles B. Walter, W. Scott y William Henry Jackson, comenzaron a reproducir una visión del folclore mexicano que estaba prohibida: la de los indígenas. Con el movimiento armado de 1910, nuevos temas y diferentes estilos se impusieron en el fotoperiodismo: revolucionarios, “adelitas” y “juanes”, marcaron el encanto fotográfico de la década de los 20.
Como resultado de esta nueva vertiente evolutiva del país, nació una nueva generación de fotógrafos artistas como Manuel Álvarez Bravo y Lola Álvarez Bravo. Para la década de los 30 y 40, en la ciudad de México surge el fotoperiodismo en revistas ilustradas y entre los trabajos más reconocidos de la época están los de los miembros de la familia Casasola, Enrique Díaz Reyna, Enrique Delgado, Luis Zendejas y Manuel García.
No fue sino hasta el movimiento estudiantil de 1968 que la fotografía se convirtió en una herramienta para la denuncia social, los fotorreportajes reforzaban la demanda de un equilibrio frente a las injusticias sociales, económicas y políticas. Gracias a ello, los fotógrafos crearon una década después, con un matiz nacionalista, el Consejo Mexicano de Fotografía, como promotor de diversos encuentros internacionales.
A partir de entonces, la fotografía de la ciudad poseyó un enfoque estético, enfatizando en la creación de imágenes, el montaje de escenarios y la calidad técnica, como se aprecia en el trabajo de Mariana Yampolsky, Graciela Iturbide, Pedro Meyer y Gerardo Suter.
“Una fotografía no se captura ni se toma a la fuerza. Se ofrece a sí misma. Es la foto que captas”, dijo alguna vez Henri Cartier-Bresson. “Lo que la fotografía reproduce hasta el infinito ha tenido lugar una sola vez: repite mecánicamente lo que nunca se repetirá existencialmente”, consideró por su parte Roland Barthes.
El Día Mundial de la Fotografía es una iniciativa del fotógrafo australiano Korske Ara y se celebró por primera vez en 2010, cuando se abrió la primera galería en línea para celebrar el nacimiento de un proceso que facilitó el hacer fotografía: el daguerrotipo. El primer año se apuntaron 250 personas en la web del evento y hoy en día la cifra alcanza más de 500 millones de personas y va en aumento.
En el Día Mundial de la Fotografía, artistas de la lente de todo el mundo manifiestan el amor por la profesión, pero también personas que no se dedican profesionalmente a la fotografía dan muestras de su pasión por esta disciplina que refleja la realidad de una forma muy personal. Porque ser fotógrafo no significa solo tener una cámara y disparar, sino contar una historia, captar un instante irrepetible y trasladarlo al espectador de una forma muy personal.